La señora Virginia Castro Santos, de 37 años, vive en la comunidad de El Paraíso en el municipio de El Marqués, conurbado con la capital de Querétaro.
Ella no tiene más que a su hijo, por quién lucha para sacarlo adelante, pues desde niña perdió a su familia y fue criada por unas monjas hasta los 21 años cuando “conoció el mundo”.
Este medio la entrevistó cuando acudió a una reunión con padres de varios niños con discapacidad.
Libertad de Palabra ¿Qué la trae por aquí?Mi chiquito
¿Cómo se llama?
Juan de Jesús
¿Cuántos años tiene?
6 años
¿Cuáles son sus principales necesidades, por las que está aquí?
Yo más que nada necesito apoyo. Él tiene un problema en su intestino y hasta ahorita no lo hemos podido superar.
¿Qué enfermedad tiene?
Nació con una malformación en su ano. Entonces, lo tuvieron que operar y lleva ya 10 operaciones y ya ahorita ya más o menos se está normalizando un poquito.
Pero necesitamos… por ejemplo, él usa pañal todavía, no tiene control todavía y necesitamos pañales. Luego yo no tengo la posibilidad en su alimentación, también no tengo muchas posibilidades para sacarlo adelante. De todo se necesita en la casa.
Y luego pues su papá es alcohólico. Él no nos ha ayudado. Luego cuando el nació empezó a andar con otra persona, nos abandonó por 3 o 4 años, ahora ya volvió con su familia. Ya está ahí, pero como estamos todos revueltos en un pedazo, pues mi niño lo ve a diario, pero es muy tormentoso tanto para él como para mí.
Son situaciones muy pesadas que tenemos a veces que sobrellevar. Para mí es muy pesado.
Y vengo a ver si nos pueden ayudar, de la forma que se pueda. Si hay alguien, por ejemplo, un psicólogo que nos ayude también, pues lo aceptamos.
¿Cómo se enteró?
A mí me invitó la señora que se acaba de ir, la del niño que trae en brazos. Ella fue la que me invitó. Yo no sabía de esta reunión. Y ya, nos vinimos.
¿Ha recibido apoyo?
Sí, hace como hace 4 años estuve recibiendo apoyo de aquí de Ecala. Me apoyaron algún tiempo, me apoyaron 6 meses, con los pañales, la leche y un suplemento que necesitaba el niño. Bueno, todavía lo necesita porque no ha podido cerrarle bien la fístula que le quedó en la pancita y todavía lo necesita estar tomando, para que le ayude más que nada a cerrar.
Si es un poco difícil para nosotros. Como no tenemos el apoyo de papá. Yo estoy sola, yo no tengo familia, nada más él y yo somos. No tenemos a quién más acudir. Yo desde pequeña perdí familia, perdí todo y no tengo quién me apoye.
Y de parte de su papá no nos apoya nadie, tiene cinco hermanas él pero nadie nos apoya, entonces aquí estamos a ver en qué nos pueden ayudar.
¿Son 5 hermanas?
Pero pues de ellos nadie nos apoya para nada. Entonces si necesitamos tanto psicológicamente como económicamente si necesitamos apoyo.
¿Usted está viviendo ahorita en la casa de ese señor?
Si, porque yo no tengo a donde irme. Yo me crié sola con unas monjas. A la edad de 21 años me salí. Pero pues no conocía yo afuera el mundo, para mí fue muy difícil. Y llegué con una persona aquí a Querétaro.
Esta persona me aceptó casi como si fuera de su familia y ya después de ahí conocí al papá del niño y me casé con él y nos fuimos a vivir a su casa, pero su casa están todos revueltos ahí, todos viven juntos. Tienen sus casas cada quién pero estamos ahí en un solo lugar. Y pues yo como no tengo para donde irme me tuve que quedar ahí.
¿Con este señor?
Pues sí. Al principio se fue con una mujer, se fue, nos abandonó prácticamente y se fue con esta señora. Y ya después ahora últimamente, tiene como 2 meses que regresó. Y como el cuartito en el que nos quedamos el niño y yo, pues él lo hizo, prácticamente pues muy al principio, entonces ya él regreso y dijo que se iba a quedar ahí.
Y pues como él lo hizo se sintió con autoridad para meterse ahí y luego su papá también no lo corrió. Y yo no puedo porque es alcohólico y me da miedo que le pegue a mí hijo o me pegue a mí.
¿Usted como se mantiene señora?
Pues luego a veces me regalan así ropita de uso y luego a veces la vendo o cosas así que luego me regalan personas que me conocen y luego las llego a vender.
¿Casi siempre está usted ahí en esa casa?
Sí
¿Ha abusado el señor de Usted?
Pues en ocasiones sí me quiere obligar y eso. Me da mucho miedo que llegue a más. Me quiere obligar y llega y me chantajea y me dice muchas cosas feas que uno no, a veces no puede sacar a la luz.
¿A quién le pediría ayuda?
Pues yo más que nada quiero que me ayuden psicológicamente. Yo me siento muy mal. Hay veces que ya no quiero ni seguir pa’ delante, pero pues es él quién me impulsa. Y pues aquí andamos buscando quién nos apoye.
Si está en tus posibilidades y desear ayudar a Juan De Jesús de alguna manera comunícate a Libertad de Palabra. 044-442-1-87-81-75 para ponerte en contacto con su familia.
El caso de Juan De Jesús, es solo un ejemplo de cuando la soledad, pobreza, ignorancia y alcoholismo se cruzan, pero donde la esperanza de tener una mejor vida o tal vez la desesperación de vivir, empuja a las personas hacia delante.